EXAMINATE Y DESPIERTA




¡ EXAMÍNATE !


¿Cómo despertaste?
Esta es una pregunta que suelen hacerme, sobre todo aquellos que poco me conocen. No me agrada hablar de mí mismo, si en esta oportunidad lo hago es para contrarestar y mostrar mis falencias y mis desaciertos y que a través de ellos, el Señor Jesús me ha disciplinado y corregido. Así que volviendo a la pregunta de cómo "desperté", obviamente esto encierra muchas cosas, en general, las personas que me conocen saben que no respondo a ninguna estructura religiosa, ni a denominación alguna y que en poco tengo todavía tolerarlas por causa de los escogidos y en cierta forma "despertar" implica que un hijo de Dios se haya desligado e independizado de la institución humana que intenta mediatizar y gobernar humanamente la Iglesia del Señor Jesús, despertar es depender de Cristo en Espíritu, en Verdad y en Libertad. Esto es verdaderamente difícil, puesto que las personas tienen pegada la vestimenta denominacional e institucional, tienen pegado en su corazón el cartel de un local, y son adictos a las actividades propuestas por la religión y que a pesar de demostrarles que tales cosas no son bíblicas siguen confiando en los que dicen ser ministros.
¿Cómo desperté? "lo hizo el Señor Jesús", no "desperté" por mí mismo y si me preguntan entonces ¿Pero cómo? "habiéndome examinado" respondo, "Examinándome"
Es difícil despertar, pero más difícil es mantenerse despierto, así que continuamente hay que estar examinándose uno a sí mismo.

2 Corintios 13
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

2 Timoteo 2
15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Desde que el Señor Jesús me amó y me llamó a su amor y a su gracia, respondí a la conversión, me bauticé, y comencé a caminar hacia la santificación, por supuesto con mis errores y desaciertos. Crecí y me desarrollé Espiritualmente, superé diversas pruebas por lo cual estaba gozoso, me sentía pleno, seguro y me perfilaba para servir al Señor.

A medida que vas creciendo en el conocimiento de Él, inevitablemente creces también en tu capacidad de examinar y es muy fácil mirar los errores de otros pero muy difícil ver los propios, siempre estás justificándote y juzgando a los demás.
En mi anhelo de servicio, miré y consideré graves falencias en la dirección de la congregación, en lo cual también el Señor me confirmaba mediante su Espíritu y las Escrituras la pésima condición de la Iglesia y el funcionamiento del misterio de iniquidad y apostasía dentro de la Iglesia (2 Te 2:7). A partir de allí sin entender lo que verdaderamente quería el Señor, con oración pero desautorizadamente me lancé a cuestionar y enfrentar tal iniquidad lo que implicó una lucha contra la institución religiosa y su hipocresía, luche tanto y oré tanto para que el Señor me ayudara a "luchar contra la religión", porque comprendí y veía tan claramente que la enfermedad, el cáncer en la Iglesia era la religión, a lo que indudablemente deducí que luchando contra la institución humana religiosa se podría liberar a la Iglesia para que se volviera al Señor Jesús. Pero el Señor Jesús no me ayudó, sino por el contrario, me debilitó y frustró mis planes, mis pensamientos, frustró mis esfuerzos por "luchar" por la Iglesia. Pregunté ¿Porqué Señor?. El Señor respondió que no necesitaba mi ayuda (Hch 17:25), no necesitaba de mis planes, ya estaba cansado de verme ladrar y ladrar y había tenido que ponerme un bozal para sujetar tan grande afán de morder y morder. No es así como quería el Señor, no me había mostrado la condición de la Iglesia para que yo luche por ella, con mi actitud solo le estaba estorbando. Me dijo el Señor ¡Detente y Examínate!, (2 Co 13:5; 2 Ti 2:14-15). Y en mi quebrantamiento y en mi arrepentimiento me examiné a mí mismo y aprendí a no planificar, aprendí a escuchar y entonces aprendí a obedecer para entonces colaborar en la Obra que es del Señor (1 Co 3:9).
Pero lo más interesante, lo más importante de este procedimiento que el Señor hizo en mí, fue que el Señor me permitiera mirar como verdaderamente se despierta y sana a un hijo suyo.
¿Qué es examinarse?
Los vocablos en griego que aparecen en 2 Co 13:5 son:

δοκιμαζετε "dokimazete": "Estén examinando", que significa inquirir, investigar, escudriñar con diligencia y cuidado algo (en este caso a nosotros mismos), también se refiere a que se emita un reconocimiento de la calidad de algo, verificando defectos, errores, mal funcionamiento, etc.

πειραζετε "peirazete": "Estén poniendo a prueba", que significa considerar experimentalmente el funcionamiento de algo (en esta caso de nuestra fe) para emitir un veredicto de la calidad de la misma.

Examinarse a sí mismo, es recopilar información, pruebas, testimonios, exponerlas como evidencias y así conocer nuestra condición en todo lo que compete al Evangelio en nuestra vida para obtener un análisis que me permita evaluar y corregir mis falencias.

¡Examinate!, porque al hacerlo descubrirás la llave, la clave para ese tan grande anhelo de tener o pertenecer a una Iglesia pura y sin manchas.

Obviamente en mis primeros exámenes de mi mismo, realmente me avergoncé y miré el camino recorrido y me lamenté tanto tiempo perdido luchando contra las estructura, contra los ministros. Finalmente el Señor me enseñó que lo que tengo que hacer es "despertar" y esto significa que de nada sirve luchar contra la religión, con lo que verdaderamente tengo que luchar es con la enfermedad que tiene el cristiano a causa de la religión. Lo que me llevó a analizar en profundidad la condición del cristiano y como éste, estaba afectado a causa de las doctrinas aborrecidas impartidas por la religión, analicé la contaminación, el humanismo, el pensamiento secular que lo domina, el sometimiento a la que estaba expuesto. Y como un médico que reconoce los síntomas de una grave enfermedad el Señor Jesús elaboró el mejor antídoto, que es el de examinarse para conocer la verdadera y trágica condición en la que estamos, y para reconocer la verdadera necesidad que tenemos del Señor y así poder revertir por su Espíritu nuestras falencias.

¿Te has examinado?
¿Cómo debe examinarse uno a sí mismo?. Pues primeramente lo que tenemos que examinar es nuestra fe (2 Co 13:5). Así que nos preguntamos ¿Estoy en la fe?. Aquí nos topamos con muchos inconvenientes, primeramente porque hemos de saber y el énfasis mayor en esta meditación es demostrar que no hay hombre autorizado para decirme si estoy o no en la fe. No debo preguntarle a ningún ministro ni a ningún ser humano si estoy o no en la fe. ¿Quién será entonces quien pueda evaluar nuestro examen?.

Examínensen: Comiencen preguntarse ¿Qué es la fe?, ¿De dónde proviene la fe?, ¿De quién es?, ¿Cómo la he obtenido?, ¿Para qué necesito fe?, y por ende pregúntensen ¿Porque creo?, ¿En que creo?, ¿Soy salvo?, ¿Soy hijo de Dios?, ¿Cómo saberlo?....

Y hasta aquí esperamos que mediten y se respondan a sí mismo de acuerdo al conocimiento y a las experiencias que tengan, para entonces analizar profundamente la fuente de su procedencia. Sé que la mente trabaja rápido buscando parámetros, testimonios, pensamientos, recuerdos, emociones, en fin.

De acuerdo a sus auto-respuestas a partir de ahora muchos se decepcionarán y de verdad espero en el Señor generar la inquietud que obligue a reaccionar frente a la ignorancia y considerar la fuente de procedencia de su "fe" en Cristo Jesús.

No vamos a hacer un estudio de la Fe, pero si daremos algunos parámetros.
[Y si alguno desea puede solicitar el Estudio bíblico sobre la Fe a nuestra dirección apoyobiblico@gmail.com y se lo enviaremos a la brevedad]

Hebreos 11
1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Gálatas 5
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

Romanos 12
3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Efesios 2

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

2 Corintios  4
13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,

Hebreos 12
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Romanos 3
26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Romanos 10
17Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Gálatas 3
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

¿Coincide esto con las repuestas que te has dado a ti mismo?, ¿Proviene tu fe del Señor, o de la religión, o de los hombres?.

Considera:

Si la fe es certeza y convicción, obviamente no puede ser de origen humano como tampoco puede ser de origen religioso. Así que de acuerdo a lo que las Escrituras especifican, la "fuerza" (analógicamente hablando) de convencimiento y certeza en el conocimiento de todo lo que es, hizo, hace y hará el Señor Jesús proviene de Dios, es otorgada por Dios (Ro 12:3, Ef 2:8) la fe no puede ser otorgada por hombres (ni por uno mismo, ni por los ministros, ni por nadie).

Jesús es el Autor, Dueño y Consumador de la fe.
La fe proviene de Dios, No hay otra manera de obtenerlo, es fruto del Espíritu Santo (Ga 5:22) un don de Dios que se le otorga al hombre para que crea (2 Co 4:13) Fe para creer, y el mismo se recibe cuando oímos a Cristo hablando y produciendo en nosotros Palabras de Vida (Ro 10:17; Jn 6:63) y para quienes son más profundos diremos que es únicamente para los hijos de Dios, los cuales ya han sido predestinados (Ga 3:26, Ef 1:3-14).
La fe por ser fruto del Espíritu Santo es Espiritual, “la fe es un espíritu” (2 Co 4:13), lo que implica que mantiene propiedades espirituales, se mueve en la mente (Ef 4:23), nace y está en el corazón (Ro 10:8), crece (2 Pe 1:5-7) y se desarrolla como cualquier espíritu en el hombre, obteniendo proporciones y medidas (Ro 12:3). Por ser espíritu, está reflejada en la mente, en la conciencia (1 Ti 3:9), como leyes, mandamientos, palabras (Ro 3:26) que mantienen vivo al hombre Espiritual, (hombre interior).

Entonces:
Por favor, permítanme, voy a tratar de contrarestar aquellas respuestas que muchos se han hecho. Pero no lo hago para condenarlos sino para que evalúen, reflexionen y renueven su fuente y descarten a la fuente religiosa o humana.
Si pregunto ¿De dónde proviene tu fe? y si me responden:

a)    "porque hice una oración de fe", respondo inmediatamente que eso no es bíblico, no está en las Escrituras que una persona tenga fe porque haya hecho una oración de fe, esa enseñanza no proviene del Señor Jesús, esa es una pésima y mala enseñanza por parte de los ministros que pertenecen a alguna denominación o estructura religiosa, por lo cual son mentirosos y engañadores que tuercen las Escrituras para alimentar sus propios vientres. Así que lamentablemente tu fe no es genuina, lo que tu llamas fe es una "vana esperanza" o una "esperanza religiosa" alimentada por una emoción o sentimiento humano carente de Espíritu y veracidad y que compartes con muchos otros como tú.

b)    "porque alguien hizo una oración por mi", respondo inmediatamente que eso no es bíblico, no está en las Escrituras que una persona tenga la autoridad o el poder para dar fe, no ha habido ni habrá jamás autoridad para que un hombre provea o interceda por otro para que tenga fe, esa es una pésima y mala enseñanza por parte de los ministros que pertenecen a alguna denominación o estructura religiosa, por lo cual son mentirosos y engañadores que tuercen las Escrituras para alimentar sus propios vientres, para sacar provecho económico para sí mismos. Así que lamentablemente tu fe no es genuina, lo que tu llamas fe es una "vana esperanza" o una "esperanza religiosa" alimentada por una emoción o sentimiento humano carente de Espíritu y veracidad.

c)    "porque me bauticé y asisto a una congregación y ayudo a mis hermanos, ofrendo y diezmo", respondo inmediatamente que eso no es bíblico, las Escrituras no dicen que para tener fe hay que bautizarse o que la fe sea por obras, o por dinero, esa es una pésima y mala enseñanza por parte de los ministros que pertenecen a alguna denominación o estructura religiosa, por lo cual son mentirosos y engañadores que tuercen las Escrituras para alimentar sus propios vientres. Así que lamentablemente tu fe no es genuina, lo que tu llamas fe es una "vana esperanza" alimentada por una emoción o sentimiento humano carente de Espíritu y veracidad.

Ahora si pregunto ¿Cómo sabes, si crees o eres salvo o eres hijo de Dios? y si me responden:

a)    "porque muy dentro de mi corazón sé o siento que es así", respondo inmediatamente que eso no garantiza un genuino creer, puesto que el corazón del hombre es engañoso (Jr 17:9), que Dios mire el corazón no significa que el corazón humano pueda dar testimonio de que soy hijo de Dios, sino que da testimonio de lo que verdaderamente hay en mí, que es muy diferente, tenemos que disponer el corazón para amar y anhelar al Señor Jesús. Así que si algún ministro te dice "escucha tu corazón" sal urgentemente de esa religión porque es falsa, solo son mentirosos y engañadores que tuercen las Escrituras para alimentar sus propios vientres. Así que lamentablemente tú no sabes en quien has creído, lo que tu llamas creer es una "creencia o superstición" alimentada por una emoción o sentimiento humano carente de Espíritu y veracidad.

b)    "porque mi pastor me asegura que soy salvo", respondo inmediatamente que ningún ministro está autorizado o tiene el poder para decir quién es salvo o no. Así que si algún ministro te dice "yo te digo que eres salvo" sal urgentemente de esa religión porque es falsa solo son mentirosos y engañadores que tuercen las Escrituras para alimentar sus propios vientres. Así que lamentablemente tú no sabes si eres salvo, lo que tu llamas salvación no es más que un "conocimiento religioso" carente de Espíritu y veracidad.

Espero con esto simplificar cualquier otras posibles repuestas siempre que las mismas se hagan dentro del marco o aspecto humano o religioso.

El único que puede evaluar nuestro examen es el Espíritu Santo y para ello hay que tenerlo, y es aquí donde la pregunta se cierra, ¿Tienes el Espíritu Santo en tí?, ¿Tienes el Espíritu del Señor?

Romanos 8
9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Si no tienes el Espíritu Santo no tienes a Cristo, no eres parte de Cristo, no eres hijo de Dios, no importa cuánto tiempo ores, no importa si lees la biblia a diario, no importa si vas a todas las reuniones de una congregación, no importa si has hecho una oración de fe, no importa si lo demás oran por ti, no importas si has ofrendado o diezmado, si no tienes el Espíritu Santo simplemente eres una vanidad, un títere de la religión que te engaña diciendo, "tu tienes fe", "tu eres hijo de Dios", "tu puedes tener bienes en este mundo", "tu puedes ....", pero por dentro estas llenos de dudas y por esta razón necesitas de las reuniones religiosa para sostener esa mentira que te han dicho, para llenarte de emociones humanas al que equivocadamente llaman "la presencia de Dios".

1 Corintios 6
17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.

Romanos 8
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Solamente el Espíritu Santo puede darte testimonio de que tienes fe, de que crees de verdad, de que eres hijo de Dios, nadie más.

Lamentablemente a causa de que los cristianos no se examinan en la fe, andan preguntando a medio mundo si son o no hijos de Dios, tantos cristianos llenos de pecados, llenos de dudas, llenos de incertidumbre, tanto que andan en el desvarío y en la confusión a causa de los que se consideran "ministro de Cristo" pero no son otra cosa que ministros de iniquidad, de procedencia religiosa, carentes de la verdad, engañados y viciados por la teología cristiana, promotores de doctrinas preconcebidas y polarizadas.

Es trágica la situación de los cristianos, porque el 95 % de los que dicen ser cristianos no conocen ni tienen el Espíritu Santo, solo son personas con un conocimiento bíblico que no practican la verdad ni pueden vivir el Evangelio o bien son ignorantes participantes de reuniones y actividades supuestamente cristianas, llevados por doctrinas y emociones de hombres que los usan para obtener ganancias.
95 %, indica que dentro de una congregación de 100 personas, solo 5 de ellas (y esto no incluye a los ministros de la religión) han experimentado verdaderamente el quebrantamiento, el arrepentimiento, el perdón de pecados, la conversión y la santificación por medio del Espíritu Santo, el resto solo personas que han levantado sus manos y han dicho "acepto a Jesús como mi salvador personal" porque solo viven una emoción circunstancial y por ende movidos en su emoción o sentimientos han hecho una "oración de fe", pero no se han quebrantado, no han sentido jamás el peso de sus pecados, no cambian sus vidas, no se convierten, siguen en el mismo desenfreno que los demás, buscando cosas del mundo y pidiendo a Dios que le ayude a conseguir cosas del mundo (estudio, trabajo, salud, bienes, movilidad, impuestos, etc..), personas vacías de Espíritu, engañados, llenos de dogmas, llenos de preceptos, llenos de falsos ministerios y doctrinas preconcebidas, llenos de pretextos, llenos de arrogancia, llenos de soberbia y altivez, que se visten de saco y corbata, se perfuman y buscan ser reconocidos por su conocimiento bíblico, buscan fama, popularidad, dinero, etc. Tantos que se creen hijos de Dios pero esconden tanta mugre e inmundicia y cauterizados en sus mentes ni se percatan de cuan contaminados están, tantos que consumen música mundana, televisión, pornografía, alcohol, drogas, tantos que llevan una doble vida y son de doble y hasta de triple moral.

Quien no haya tenido una comunión genuina con el Espíritu, no podrá jamás evaluar su condición ante el Señor Jesús. Lo que no conocen al Señor Jesús no pueden entender ni llevar a cabo  estas demandas:

1 Tesalonicenses 3
3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;

1 Tesalonicenses 3
7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.

Romanos 8
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Mateo 6
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Gálatas 5
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Juan 14
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.

1 Juan 2
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

Si te has preguntado si tienes el Espíritu Santo, lamentablemente tengo que decirte que te has puesto en evidencia, pero no te preocupes el objetivo es justamente eso que tu fe sea genuina, que tu certeza y convicción provenga de Cristo y si estás débil en esto, búscale, pero por favor no vayas a los hombres, no vayas a los ministros, ve al Señor Jesús, arrodíllate y pídele a Él que te confirme, porque solamente Él te puede dar testimonio que perteneces a Él.

Mateo 7
7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

¿Sabes cuando tienes el Espíritu Santo?. La única forma de verificar que tienes el Espíritu del Señor es cuando buscas verdaderamente la santificación (1 Te 4:3,7) apartándote de las cosas de la carne (Ro 8:6), cuando dejas el afán y la ansiedad por los bienes materiales (Mt 6:25-34), cuando dejas lo terrenal, cuando verdaderamente crucificas tus pasiones y deseos (Ga 5:24) por un Amor al Señor en el Espíritu del Señor siguiendo sus mandamientos (Jn 14:15).
Tienes al Espíritu cuando lees y oras por lo Espiritual todos los días, cuando tu anhelo es en el Señor, cuando te mueve a ayudar a tu prójimo, cuando andas como el Señor anduvo (1 Jn 2:6) ¿Andas como el Señor anduvo?.

Si te has sentido identificado con estas palabras, todavía hay tiempo, puedes despertar y es necesario que despiertes, porque el tiempo es corto.

Arrepiéntete, quebrántate, busca al Señor con todo tu corazón, busca hasta que te conceda su Espíritu, hazlo hasta que su Amor gobierne tu voluntad.

Sin el Espíritu Santo no hay santidad, y sin santidad no podrás ver al Señor Jesús (Heb 12:14; 1 Te 3:13; 5:23) y en aquel día solo correrás avergonzado (1 Jn 2:28).

Pero si ya estás despierto, no dejes de examinarte, no dejes de probarte a ti mismo.
Evalúate en todas tus actividades, evalúate en tu trabajo, en tu testimonio delante de los hombres, evalúa tu conocimiento, evalúa tu tiempo de oración, evalúa cuanto has progresado en el Señor, evalúa tu carácter, tus pensamientos. Si estás casado o casada evalúa cuan santificado está tu conyugue, ayúdensen mutuamente, examínensen mutuamente. Si tienes hijos, examina a tu hijo, corrige a tu hijo, enséñale a examinarse también a sí mismo ante el Señor, corrige con amor, con paciencia y sobre todo con mansedumbre.
POR FAVOR NO MENOSPRECIES ESTE MENSAJE, EXAMÍNATE, DE VERDAD TE PIDO EXAMÍNATE.

DESPIERTA!!


ESCAPA DE LA RELIGIÓN SOLO TE ESTA ENGAÑANDO, SOLO TE ESTÁ USANDO


¡¡ EL SEÑOR JESÚS VIENE !!


La Paz del Señor Jesús